Malos hábitos que te están engordando

Hábito: es algo que hacemos de forma inconsciente. Pero, ¿qué pasaría si pudieras cambiar tus hábitos y empezar a perder grasa automáticamente – sin tener que pensar en ello? Una nueva investigación arroja que es mucho más fácil de lo que podrías pensar. 

Desarrollamos hábitos porque nos ahorran tiempo y energía (es decir, no pensamos a detalle en el café de la mañana, simplemente lo hacemos y ya), y porque nos brindan una sensación de comodidad y recompensa. Pero las neuronas sí juzgan las recompensas y pasan factura de nuestros hábitos. Terminar con un hábito dañino, podría ser más fácil de lo que piensas, según una investigación del MIT.

Pero, ¿qué hábitos nos están haciendo ganar peso? No te pierdas a continuación «40 malos hábitos que causan grasa en el vientre», una nueva investigación del nuevo libro de David Zinczenko “Abs Diet”, que ya se encuentra disponible en las listas de popularidad de Amazon.

Suena lógico, cambiar la soda a base de azúcar por una que no contiene, debería ser mejor para la salud. Mientras que calóricamente hablando podría ser cierto, los refrescos de dieta contienen peligrosos efectos secundarios. En un estudio impactante, los investigadores del Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Texas, supervisaron a 475 adultos durante 10 años y, encontraron que los participantes que bebían soda dietética vieron un aumento del 70% en la circunferencia de su cintura en comparación con los que no bebían refresco.

¡Come esto, no eso! Solución: sustitúyelo por té negro, obtén un aumento de cafeína sin el aumento de peso.

Una taza humeante de té es la bebida perfecta para calmar un dolor de garganta, entrar en calor una noche fría de invierno, o para disfrutar de Downton Abbey. Lo que es un hecho es que los tés son perfectos para bajar de peso. Por ejemplo, el té rojo, literalmente ayuda a reducir el tamaño de las células de tejido adiposo.

¡Come esto, no eso! Solución: amamos el té rojo, tanto, que lo hicimos parte de nuestro nuevo plan de pérdida de peso “Siete días para purificarse con té y tener un vientre plano”. Los panelistas perdieron 10 libras en una semana.

Cuando comemos con otras personas, consumimos, en promedio, un 44% más de alimentos que cuando estamos solos. La investigación publicada en la revista Nutrition, encontró que al comer con alguien más se eleva en un 33% nuestra ingesta. Y se vuelve más aterrador. Una tercera persona lo aumenta hasta en un 47%; cenar con cuatro, seis u ocho amigos está asociado con un aumento de comida del 69%, 70% y 96%, respectivamente.

¡Come esto, no eso! Solución: todavía puedes salir con tus amigos. Simplemente cambia la actividad de vez en cuando, e incluye algo de caminata. Ahorrarás dinero y calorías.

¿Para mejor o… para más gordo? Una investigación sugiere que una relación comprometida tiene el potencial de causar estragos en tu dieta. Un estudio del Periódico Americano de Salud Pública, analizó el impacto de los cónyuges, amigos y hermanos, estos tienen una alta influencia en la dieta en el transcurso de 10 años. Las parejas tenían el mayor impacto en los hábitos alimenticios del otro, particularmente cuando se trataba de beber alcohol y merendar.

¡Come esto, no eso! Solución: la buena noticia es que el «efecto halo» también aplica en los hábitos saludables. Un estudio de la Escuela Pública de Salud de Harvard, encontró que la gente que se metía a programas de pérdida de peso y que tenían el apoyo de al menos un compañero, perdían 6,5 libras más que los que iban solos.

Si deseas comer sano cuando sales con un grupo de amigos, mantén tu régimen saludable… u ordena primero. Un estudio de la Universidad de Illinois, encontró que los grupos de personas tienden a ordenar de manera similar, especialmente cuando piden su orden en voz alta. Los investigadores atribuyen los resultados a que las personas son más felices haciendo elecciones similares con sus pares.

¡Come esto, no eso! Solución: si estás decidida a tomar decisiones saludables, ordena antes que los demás.

Pasar horas en Facebook, Instagram y Pinterest, cuando podrías estar de pie quemando calorías es un problema de salud que va en aumento, dicen expertos. Un estudio de 350 estudiantes de la Universidad de Ulster en Irlanda del Norte, encontró que cuanto más tiempo pasaban en Facebook, menos tiempo pasaban haciendo ejercicio o practicando deportes de equipo. En particular la acumulación de grasa ocurre al ponerse al día con las redes sociales antes de acostarse, ¡o incluso en la cama! Un estudio en Obesidad Pediátrica, encontró que los estudiantes con acceso a un dispositivo electrónico en sus dormitorios tenían 1,47 más probabilidades de tener sobrepeso que aquellos que no contaban con alguno. Eso aumentó a 2.57 veces para niños con tres dispositivos.

¡Come esto, no eso! Solución: convierte esa sesión de ponerte al día con los demás citándote con ellos en persona, y no, no en un restaurante.

Comer atento no es una dieta – ni implicar comer menos – pero se trata de prestar atención en cada mordida, sin dejar a lado las sensaciones; pues hemos pasado a hacerlo de forma mecánica. De hecho, estudios recientes han demostrado que los comedores conscientes responden menos al estrés emocional, consumen menos calorías y mantienen un IMC saludable en comparación con aquellos que no lo son.

¡Come esto, no eso! Solución: mastica lentamente. Sintoniza con la textura, el olor y la complejidad de los sabores. Sigue masticando. Pásalo. Toma un sorbo de agua. Y por unos momentos, resiste el impulso de tomar otro bocado. Continúa de esta manera durante el transcurso de tu comida y experimenta los placeres y frustraciones de comer atento.

«Comemos por muchas razones, pero el principal aviso para comer atento es el hambre física», dice la nutricionista, Leslie Schilling. «Es difícil estar presente si estás comiendo en tu escritorio, navegando en internet o mirando la televisión. Cuando tu mente se está enfocando en algo aparte de la comida, podrías no darte cuenta de cosas como: «¿era comida realmente buena?» o «¿me estoy llenando?».

¡Come esto, no eso! Solución: «Minimiza las distracciones con la mayor frecuencia posible», dice Schilling. En otras palabras, puedes ver el episodio Empire después de la cena.

Los expertos señalan que prestar atención a los detalles sensoriales de los alimentos, es una manera sencilla de empezar a comer atentamente, y empezar a bajar libras. El olor cálido de la canela, las rayas carbonizadas en una pechuga de pollo a la parrilla o el crujido de una manzana. De hecho, un estudio de la revista Sabor, encontró que los participantes que se tomaron el tiempo para apreciar el aroma de una comida comieron menos de un plato.

¡Come esto, no eso! Solución: ten en cuenta todo, desde el aroma, la sensación en la boca y la presentación de alimentos, pueden influir en la cantidad que comemos y ayudar a aumentar la satisfacción que recibimos de una comida para evitar comer en exceso.

«Nacimos para gozar», dice Melissa Milne, autora de The Naughty Diet. «No son sólo las calorías de los alimentos las que nos llenan, sino el placer que generamos al comerlas. El ambiente puede aumentar la satisfacción de la comida, lo que significa que es menos probable que comas en exceso. De hecho, el placer ayuda al cuerpo a relajarse, lo que ayuda a la digestión.

¡Come esto, no eso! Solución: incluso cuando comas solo, tómate el tiempo para crear un ambiente agradable. «Utiliza tu porcelana fina, vierte una copa de vino, enciende una vela y pon un poco de Barry White» You Sexy Thing!

Parar en una luz roja es mucho más difícil cuando estás volando a 100 mph que cuando vas a una velocidad más lenta. Saber cuándo dejar los cubiertos es similar. Los expertos dicen que medir el sutil «Estoy lleno» de tu cuerpo, es más fácil cuando ingieres pequeñas mordidas a un ritmo más lento. De hecho, un estudio publicado en la revista PLOS One, encontró que las personas que se enfocaban en comer «pequeños sorbos», consumían alrededor del 30% menos de sopa que aquellos que no comían consciente.

¡Come esto, no eso! Solución: un segundo estudio en el Diario de la Academia de Nutrición y Dieta, encontró que simplemente frenar tenía resultados similares. Las personas que se centraban en duplicar el número de veces que masticaban antes de tragar, comían un 15% menos; es decir, 112 calorías menos durante el curso de una comida.

«El comer consciente puede ayudarte a liberarte de los viejos patrones automáticos y habituales de querer comer ante reacciones ambientales y emocionales. Así que cuando te apetezca comer, haz una pausa para preguntarte «¿Tengo hambre?, y elige con base a tu respuesta», dice Michelle May, MD.

¡Come esto, no eso! Solución: «Come atentamente con intención y atención», dice May.

De todos los que acuden al gimnasio, los yoguis tienden a ser los comedores más conscientes, según un estudio publicado en el Diario Americano de la Asociación Dietética. En una encuesta de más de 300 residentes de Seattle, investigadores descubrieron que las personas que comían más conscientemente pesaban menos que las que comían sin pensarlo (que revelaron comer cuando no tenían hambre o en respuesta a la ansiedad o depresión).

¡Come esto, no eso! Solución: disfruta del yoga y obtén abdominales practicándolo.

«Hay una serie de factores externos -como las personas con las que está disfrutando de una comida- que desempeñan un papel crítico en tu capacidad para comer conscientemente», dice Dan Childs, director de la ABC News Medical Unit y coautor De Thinfluence.

¡Come esto, no eso! Solución: «Piensa en maneras de optimizar tu entorno que te ayudarán a lograr este objetivo», dice Childs. «Por ejemplo, hacer que los que te rodean coman de manera consciente también». Invítalos a probar.

 

Diseño: www.QuanticoHn.com