Italia apagó la fiesta en Wembley y en una dramática tanda de penaltis, se impuso ante Inglaterra 3-2 en la serie. Saka falló el último disparo y con la atajada de Donnarumma conquistó su segunda Eurocopa el cuadro azzurro.

Con un equipo atractivo, Southgate salió a proponer el compromiso. Con un equipo italiano sufriendo por los costado, Trippier y Shaw se encargaron de perforar la defensa. Todo inició de maravilla en un contragolpe, apenas al minuto 2, Shaw puso a soñar a su pueblo.

Hasta cierto punto, los de Mancini pudieron aguantar para evitar mayor daño. Pero con una línea ofensiva bastante fuerte, los ingleses traían ritmo de título. Sin embargo, el segundo tiempo trajo otra historia.

Southgate cedió la iniciativa y sus pupilos perdieron poder. En un vendaval y con suerte incluida, Bonucci puso el marcador igualado. Desde ahí todo se derrumbó para la corona.

En ciertos lapsos, Italia estuvo cerca de remontar. Pero los chispazos no fueron suficientes y obligó al alargue. Mientras que del lado de la isla, tardaron los cambios y apenas en la prórroga, Grealish tuvo poca participación pero su presencia ayudó a darle oxígeno a los suyos.

Con hermetismo se jugaron los 30 minutos de alargue. Luego llegó los penaltis y la tensión se sentía en el campo. Mancini apostó por la pierna fuerte y Southgate armó una lista más que cuestionable.

Un momento de esperanza llegó cuando erró Belotti y Maguire acertó; pero Rashford y Sancho claudicaron. Pickford tuvo que ser el héroe en el disparo de Jorginho y con una atajada logró mantener con vida para un cobro más.