Claves para identificar tu tipo de piel

Normal, oleosa, seca o sensible. No importa el tipo de piel que tengas: todas merecen nuestro cuidado, ¿no crees? Entérate en qué categoría encaja la tuya y cómo darle lo que necesita.

Cuestión de piel

Lo que “define” un tipo de piel serían tres factores muy importantes, destacados por el sitio WebMD:

– La cantidad de agua (que afecta su elasticidad)

– El nivel graso u oleoso, que determina la suavidad de la misma

– El grado de sensibilidad

Normal

Si no tienes imperfecciones, o muy pocas, y si tu cutis no se irrita, puede que tengas piel normal. Otra característica típica es la carencia de poros dilatados y una complexión radiante.

Mixta

Una piel de este tipo combina partes secas o normales con otras grasosas (sobre todo en la zona “T”, es decir, nariz, frente y pera). Puede que tus poros estén muy dilatados, que te aparezcan molestos puntos negros y que tu piel brille en exceso.

Seca

Probablemente, no notes tus poros y tu piel luzca más bien opaca y áspera, con algunas zonas rojas y poco elásticas. Y sí, lamentablemente, tendrás ¡más arrugas! Si no logras darte cuenta a simple vista de que este es tu tipo de piel, pregúntate si ante factores que la resecan se agrieta o se pela. Otras señales de alerta son la picazón y la inflamación, especialmente en la parte anterior de manos, brazos y piernas.

Algunos factores influyen para tener piel seca, ya sea genéticos, de edad, hormonales o ambientales como el sol, el viento y el frío. También ingredientes en jabones, cosméticos y limpiadores, el agua caliente de la ducha y la calefacción. La Academia Americana de Dermatología (AAD) recomienda para este tipo de piel:

– Baños breves, de no más de 10 minutos, y con agua tibia.

– Secarse con pequeñas palmadas con la toalla, en lugar de refregarse.

– Ponerse humectante inmediatamente después de secarse.

– Utilizar guantes para lavar los platos y comprar detergentes que no irriten la piel.

Grasosa

Si tienes los poros grandes, y una piel gruesa y áspera, tanto opaca como brillante, y cuentas con molestas espinillas y puntos negros, es probable que tu piel sea oleosa.

Para cuidarla, no cometas este error común: “Quienes tienen piel grasa, en general se alejan de los humectantes porque no desean que se vea más brillante, pero es una mala idea, ya que también la piel grasosa debe ser hidratada para verse bien”, advierte la dermatóloga Rebecca Kazin en WebMD. Elige un humectante libre de aceites y varía la cantidad que te apliques en cada zona, según sea seca o grasosa.

Más allá de tu tipo de piel, no fumes, hidrátate bien y no te vayas a dormir sin desmaquillarte. Si la salud de tu dermis te preocupa, consulta a un especialista.

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